“Estos pelados están haciendo cosas nuevas muy bacanas”


¡El poder está en la calle, no en el Parlamento!
Grafitti Mayo 68

| Por Diego Sánchez González |

Un temporal de lluvias y vientos álgidos ha golpeado toda la mañana a la ciudad. En la “Nacho”, la lluvia minuciosa cae sobre los pocos estudiantes que atraviesan la Plaza Che Guevara. Como náufragos emergidos de un diluvio, arriban, uno a uno, los dirigentes de la MANE (Mesa Amplia Nacional Estudiantil). Me imaginaba que en medio de todo ese raudal de micrófonos, entrevistas, llamadas, conferencias de prensa, lamparazos, fotos, cámaras y visajes en periódicos, revista y noticieros, iba a ser difícil reunir los pelados, pero no hay tal, los manes (por lo de MANE) llegan tranquilos e iniciamos la conversa. A nuestra invitación acudieron: Boris Duarte de Identidad Estudiantil, Brayan Camilo Rojas del Sindicato de Estudiantes de Colombia y Jairo Rivera de la Federación de Estudiantes Universitarios.

d.a: ¿Qué es lo nuevo de este movimiento estudiantil del 2011?

Boris: Sin duda, la formación de la Mesa Amplia Nacional Estudiantil – MANE, que surge desde el trabajo de base que ya teníamos las organizaciones en las universidades, en las regiones, en secundaria, y a su vez, es el producto de la madurez política de las formaciones estudiantiles que entendieron la importancia de caminar hacia un mismo norte. ¿Qué pasó en los movimientos del 2007, 2005 y 2001? Cada organización estudiantil, o cada universidad, entraron en una dinámica de movilización y de lucha por sus reivindicaciones, y esa dispersión nos hizo muy débiles y vulnerables porque las rectorías de cada universidad, y las administraciones regionales, llevaron a los estudiantes y a sus organizaciones a negociar por separado, con lo cual no se logró una fuerza nacional.

En un primer momento se trataba de consolidar lo que algunos llamaban la “unidad de acción”, sin embargo, cuando la propuesta avanzó, se tomó la decisión de marchar hacia la unidad organizativa y programática. Y aunque es verdad que en estos dos temas hemos avanzado menos que en lo referente a la movilización (en la movilización hemos desarrollado formas muy creativas de expresión, y hemos acercado a otros sectores de la sociedad colombiana a nosotros). En lo programático, construimos un Programa Mínimo, que es necesario desarrollar en todos sus puntos. En el tema de lo organizativo, tenemos diferentes visiones, algunos dicen que debe darse el salto a la organización única estudiantil, cuyos miembros deben salir de las asambleas estudiantiles. Algunos dicen que lo mejor es que la Mesa Amplia siga siendo un acuerdo de coordinación, y otros afirman que la MANE debe ser un espacio del movimiento social, amplio y sin tantas normas.

Jairo: José Martí decía: “Todo está dicho ya, pero cuando las cosas se dicen con sinceridad, son nuevas”. Este movimiento estudiantil es el acumulado de las luchas estudiantiles de las décadas de los sesenta, setentas y ochentas, y las más recientes que vienen desde el 2001, 2005 y 2007. Incluso, al interior de la Universidad Nacional nos habíamos movilizado contra la reforma académica, nos unimos en el “¡fuera Palacios!”, habíamos convocado al estudiantado y los demás estamentos de la universidad a discutir el tema del déficit presupuestal, veníamos de una década muy dinámica y de mucha actividad. Sin embargo, es la presentación de la nueva ley de reforma a la ley 30, lo que cataliza y une a los estudiantes. El hecho que el gobierno de Santos proponga convertir la educación en una mercancía, es lo que saca a miles de estudiantes a la calle. Lo nuevo de este movimiento es que varias organizaciones estudiantiles encontramos unos puntos en común, los potenciamos, nos trazamos un derrotero conjunto, constituimos la MANE y acordamos un Programa Mínimo.

Brayan: Haciendo un balance, considero muy significativa la cohesión del Movimiento Estudiantil, es decir, el hecho de haber logrado acercar a la universidad pública, con la universidad privada, con el SENA y con secundaria. Esto nos dio una gran fuerza y visibilizó el movimiento. Ocurre que también logramos interpretar esa profunda desesperanza de los jóvenes, muchos jóvenes que hoy en día ni estudian, ni trabajan. Los famosos “ni, ni”. Jóvenes que aún ven en la educación superior una salida y se sienten excluidos de la posibilidad de ingresar a una universidad. Interpretar de manera correcta estos descontentos colectivos, que recogen la angustia de familias enteras endeudadas para que sus hijos puedan estudiar, es una de las preocupaciones que recoge el Programa Mínimo de los estudiantes colombianos.

d.a: Un hecho relevante de este movimiento fue la forma como los estudiantes comunicaron sus demandas. Hasta hoy los partidos tradicionales de la izquierda y los sindicatos entendían la marcha como un instrumento de presión, “sacar” las bases a la calles para exigir algo. El movimiento estudiantil resignificó la marcha y exploro la posibilidad de utilizar la marcha como un medio de comunicación de masas.

Boris: Digamos que cuando empezamos, algunos compañeros decían: hagamos ésto o esto otro. Algunos propusieron marchas con antorchas o marchas de disfraces, cosas que no siempre había hecho el movimiento estudiantil; pero el movimiento ha tomado su dinámica y ha innovado la forma de expresar las solicitudes. Muchas organizaciones estudiantiles han hecho balances de las anteriores luchas y movilizaciones, y esto nos ha llevado a ir más allá de las lecturas ideologizantes tradicionales, para así poder hacer lecturas más centradas en el mensaje que queremos llevar al país. Aquí lo importante es como comunicar de forma diversa nuestras solicitudes y encontrar otros medios para decir las cosas, que el mensaje se trasmita de otra manera y dejemos atrás el discurso panfletario. Debemos revolucionar la movilización.

Brayan: El discurso inicialmente se centró en lo político, me refiero al hecho de denunciar la reforma a la Ley 30 y sus consecuencias sobre la educación del país. Pero con el paso de los días, fue derivando a lo cultural. Donde mejor se vio este cambio fue en las manifestaciones, en las calles. Incluso el tema de las consignas y las pancartas fue más allá de lo tradicional, pues se utilizaron consignas que acercaron a los transeúntes, cuando en el pasado muchas de estas consignas repelían a los ciudadanos. También es cierto que se lograron nuevas formas de expresión como la “besaton”, “abrazaton”, y otras nuevas formas de protestas. Recuerdo que al principio sólo se pensó en abrazarnos entre nosotros y abrazar a los transeúntes, no pensábamos que se debería abrazar a la policía; pero los muchachos tuvieron la iniciativa y esa misma noche la opinión pública dijo: “estos pelados están haciendo cosas nuevas, muy diferentes y muy bacanas”. Aquí también influyó lo internacional, los “Indignados de España y el movimiento de Occupy Wall Street, "Ocupemos Wall Street”, el movimiento de Chile, pero a su vez, también recogió mucho de lo nacional, las papayeras, la marcha carnaval que se había desarrollado en el 2007 y otras expresiones que habían desplegado muchos colectivos los Primero de Mayo.

d.a: Un movimiento nuevo, con nuevas formas de expresión, demanda nuevas formas de organización. Me refiero a una organización como la que se dan a sí mismos los zapatistas, el MST o “Los Indignados”. Una organización asamblearia, de dirección colectiva, de consensos y que consulta sus bases. ¿La MANE funciona de esta manera?

Boris: El proceso es muy nuevo y las discusiones sobre la reforma y la Ley 30 nos ha desbordado. Hemos tratado de articular las asambleas de base con las reuniones nacionales, tenemos que lograr un equilibrio entre estos dos escenarios. Creemos en los procesos de bases y en que las asambleas tracen la dirección, pero no se puede fetichizar el asambleismo, decir que sólo la voz de la asamblea es genuina, idealizar la asamblea como el único espacio que puede tomar decisiones. La dirección de la MANE representa las organizaciones y los procesos estudiantiles agrupados en ella, y sus decisiones son legitimas. Tenemos que balancear todos los espacios de participación y decisión.

d.a: ¿Cómo creen ustedes que se va a desarrollar el proceso de construcción de la propuesta de ley de educación alternativa?

Jairo: Este movimiento supo ganarse el corazón de la gente, y la nueva ley alternativa debe salir de esa gente que nos ha respaldado. El proyecto no puede ser construido exclusivamente por académicos y estudiantes, debe participar todo el país de éste. Debe ser construido desde lo regional hacia el centro, donde participen todos los sectores: los indígenas, los afros, los campesinos, las mujeres, los obreros, la gente de los barrios y de las veredas. Creemos que se debe dar un gran debate público, y que finalmente le preguntemos al país qué opina sobre este proyecto, para que sea la nación la que refrende esta nueva ley de educación nacional.

No creemos que sólo hasta que cambie el sistema, cambiará la educación. Consideramos que un cambio en la educación, contribuye al cambio del sistema, ya que todos aquellos que han sido oprimidos, sentirán que ganaron una gran reivindicación. Cambiar el modelo de educación, es también cambiar el modelo fiscal, el modelo económico (que hoy ve la educación como una mercancía), cambiar lo social y lo político. Y lo más importante es obtener la gratuidad de la educación y mejorar su calidad sin crear nuevos impuestos, porque los estudiantes no estaríamos de acuerdo que se creen nuevos impuestos. Es necesario cambiar las prioridades del gobierno que hoy invierte más en la guerra y menos en educación, cambiar las prioridades del gobierno que destina muchos recursos al pago de la deuda externa y pocos a la educación.

El construir una ley alternativa de educación con la gente, en las calles, en los barrios, y en las veredas, es poner en práctica una democracia participativa, democracia que hoy no existe en Colombia. Por esto, se debe construir una ley alternativa de educación surgida de la gente, es decir, que el poder constituyente resida en la gente. En este proceso de construcción de la ley alternativa, vamos a poner en marcha un modelo de democracia participativa en Colombia.

Brayan: Lo importante es lograr una metodología donde se puedan recoger todas las discusiones, que se logre la participación de todos los procesos. Debemos crear mesas de unidad estudiantil por facultad, por localidad, por regiones, por universidades, por instituciones, que todos y todas podamos hablar y ser tenidos en cuenta. Pero la discusión no puede estar sólo en los estudiantes, profesores y demás estamentos universitarios, la ley debe surgir de un diálogo con todos los colombianos sobre qué modelo de educación queremos todos y todas, y cuál ley debe contener ese modelo. El reto del año 2012 es hacer una ley con todos y todas.

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